sábado, 7 de marzo de 2009

Låt den rätte komma in (Déjame entrar)


Los vampiros me han parecido fascinantes desde siempre. Algo interesante de estos seres es que, lejos de agotase y morir con el tiempo, siempre han encontrado la forma de mantenerse vigentes, no importa cuantos siglos pasen. Esta cualidad inmortal se debe en parte a que su mito se renueva y nutre con la imaginación y la tinta que fluye de cada escritor, dándole nueva vida y asegurando la supervivencia de estos niños de la noche.

Hay Nosferatus de todos tipos, desde los más sanguinarios (como los de “30 Days Of Night”), hasta los más inofensivos (estilo Count von Count de Sesame Street). Entre estos dos polos encontramos una especie muy particular que coquetea entre el anti-héroe y el anti-villano. Varios libros y películas se han hecho sobre esta variante de no-muertos. En 1992 Francis Ford Coppola realizó su adaptación libre de “Drácula” de Bram Stoker. El año pasado, la fanaticada de la escritora Stephenie Meyer y del actor Robert Pattinson suspiraron con “Twilight”. Por último, hace unas semanas, México vio el estreno de la versión fílmica de la novela del sueco John Ajvide Lindqvist Låt den rätte komma in (mejor conocida como “Déjame entrar”).

Es la última de las tres películas mencionadas en el párrafo anterior la que transmite de mejor forma y con mayor intensidad lo que significa sufrir la maldición de estos condenados: el debatirse entre el mundo de los vivos y los muertos.

Déjame entrar es la historia de Oskar, un niño víctima de los típicos gandules de la escuela que por azar del destino entabla una intensa amistad con Eli, una peculiar niña que recién se mudó a su edificio y que al igual que él es rechazada por el mundo.

Ambientada en un solitario pueblo escandinavo, el film transmite una abrumadora sensación de soledad, nos hace sentir una gran compasión por los dos personajes principales, a la vez que nos deja algunas reflexiones sobre la vida y lo doloroso que puede significar estar vivo. Todo acompañado de varios litros de sangre que salpican la pantalla.

Así que, si tienen dos dedos de frente, no pueden dejar pasar la oportunidad de ver esta excelente película que tiene todo bien (dirección, guión, ambientación, música y actuación).


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