Elegir la mejor producción de Vampire Weekend es fácil ya que este
cuarteto gringo sólo tiene tres LPs. Sin embargo, su más reciente disco,
‘Modern Vampires of the City’, supera fácilmente lo hecho en ‘Contra’, pero se
queda por debajo del primer material que grabaron.
Una buena noticia es que los ritmos alegres, movidos y con un cierto
sabor africano (cortesía del fraseo de Ezra Koenig) están de regreso. Lo cual,
en cierta forma, da la impresión que este es un disco para escuchar en una
fiesta o una parrillada con los amigos. El ajuste respecto a quien lleva las
riendas en la producción de las canciones se nota y es bienvenido. Ariel
Rechtshaid renueva la frescura con la que suena la banda (no es que Rostam
Batmanglij fuese malo, pero ya eran necesarias algunas ideas nuevas). Por
ejemplo, “Diane Young” es probablemente una de las composiciones con mayor y
mejor producción en la historia de la banda. Es francamente entretenido ir
pelando cada una de las capas que tiene la canción y descubrir un sonido o un
detalle nuevo cada vez que uno la vuelve a escuchar. El sax, los coros,
extrañas texturas que aparecen y desaparecen como luciérnagas en la noche…
Vampire Weekend “Diane
Young”
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Otras canciones destacan por diferentes motivos. Por ejemplo, en “Step”
y Don’t Lie”, yo destacaría la forma en que suena y se alterna, piano, órgano y
demás instrumentos de teclados.
Vampire Weekend “Step”
Y ya que estamos en esto del sonido de ciertos instrumentos, cómo no
mencionar el papel de la batería en “Unbelievers” y “Worship You”, así como su
capacidad de parecer algo completamente distinto a lo que realmente es. Me
explico, en la primera canción, la bataca suena como un corazón con taquicardia;
mientras que en la segunda, se asemeja a un caballo galopando a toda velocidad.
Vampire Weekend
“Unbeliebers”
Aunque si tuviera que escoger una canción favorita elegiría “Ya Hey”.
Aquí lo que más me gusta es el tratamiento que le dan a la voz, más
específicamente, a los coros. A veces suenan tremendamente sublimes e inspiran un
profundo respeto hacia lo que están entonando. Mientras que, en otras ocasiones,
da la impresión que unas ardillas tomaron el control y sólo se dedican a echar
relajo.
Vampire Weekend “Ya
Hey”
Ahora, si bien la parte sónica es luminosa y alegre, las letras son lo
opuesto, obscuras y tirando a lo trágico. Un tema que está presente en casi
todas ellas es el tiempo. Sobre este tema se abre una serie de reflexiones que
nunca terminan por cerrarse, dejando al escucha la tarea de meditar sobre ellas.
¿Qué hacer con el tiempo que tenemos? ¿Cómo aprovecharlo? ¿Vivimos rápido y al
límite o nos apaciguamos esperando que los años nos concedan sabiduría? ¿Somos
rebeldes, conscientes que podemos terminar mal, o vivimos cómodamente bajo el
yugo de algún amo? Por último ¿cómo vivir nuestra vida si tememos/sabemos que
la decisión que tomamos no fue la correcta, la que realmente queríamos, y no
podemos hacer nada por corregirla?
Alusiones bíblicas y referencias a algunos sitios de los Estados Unidos
son otra constante. Como si Ezra Koenig nos presentara dos caminos a elegir: el
espiritual o el material. Y como si se tratara de una novela existencialista,
el desenlace que se esboza no siempre es halagüeño.
Ya sea por la música, por la letra o por los dos, ‘Moders Vampires of
de City’ es una muy buena opción para cualquier melómano. 10 de las 12
canciones incluidas son buenas o mejores (las únicas que chafean son “Hannah
Hunt” y “Hudson”). Además, no está nada caro. Aunque si de plano les duele
mucho el codo, pues siempre hay otras formas de obtenerlo. La decisión es de
ustedes.
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