martes, 2 de diciembre de 2008

The E’ville Chronicles: Obama is my homeboy


Evansville es un pueblo (aunque ahí les gusta decirle ciudad) de Indiana, allá en el midwestern gringo. Si ustedes nunca han escuchado hablar de este lugar no los culpo, de hecho creo que Smallville tiene más habitantes y es mucho más divertido que esta población que en 15 minutos la recorres de cabo a rabo.

En fin, el punto es que llegué a este lugar pocos días antes de las elecciones presidenciales de los Estados Unidos. Yo no tenía ganas de ir a este lugar olvidado por el hombre, sin embargo, no me quedó de otra. Afortunadamente mi mente comenzó a trabajar y ayudarme a ver el lado bueno de estar en E’ville (como a SP le gusta decirle). A final de cuentas llegué a la conclusión que si bien estaba en un lugar francamente aburrido, sí tenía la oportunidad de ser testigo de un momento histórico para nuestro vecino del norte: la posible elección del primer presidente afro-americano.

Debo de confesar que el entusiasmo que sentía no era de a gratis, gran parte se lo debía a la serie de 24 y a (Mr. President) David Palmer. ¿Será este el comienzo de una vida llena de aventuras y acción para el presidente de los Estados Unidos y un agente rebelde de C.T.U.? Todavía no lo sé, creo que sólo nos queda esperar y ver qué pasa.

Una de las cosas que yo esperaba ver entre la gente eran apasionados debates respecto a estas ondas de la política como las que tenían RL vs DM y FP cuando fueron las elecciones presidenciales en México, dimes y diretes, bromas de mal gusto, descalificaciones mutuas y apuestas por ver quién ganaba y por cuánto.

Total que el único lugar dónde se hablaba del tema era en la televisión (las descalificaciones eran lo más divertido de todo: que si no deben votar por Obama porque es marxista y su tía no está registrada para votar, que si Palin no sabe qué países son parte del norte de América y que si cree que África es un solo país). En la calle nadie decía una sola palabra, según yo por ser políticamente correctos y no ofender a los demás. A final de cuentas, el día de la elección, no hubo nada interesante en la televisión o en las calles. Las multitudes coreando ¡Obama, Obama! brillaron por su ausencia. Los rostros llenos de esperanza con el ojito Remi nunca aparecieron. Es más, no me tocó ni un triste coche haciendo sonar su claxon como cuando tu equipo favorito de futbol gana la final. Y para colmo de males sigo sin entender cómo es que funciona cómo funciona el mugroso sistema electoral gringo.

P.D.
Otra cosa que me sorprendió mucho y que quiero comentar fue el etnocentrismo en el que viven muchos de los americanos. En casi un mes de estar ahí no vi una noticia que no hablara de Estados Unidos. Todo, absolutamente todo, gira en torno a ellos. La única vez que me tocó que hablaran de los extranjeros fue en las películas, las cuales estaban repletas de estereotipos y donde por supuesto son los malos.


Violent Femmes "I Hate The TV"

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