El concierto
de los Kaiser Chiefs del pasado 22 de febrero en El Plaza Condesa de Changotitlán
comenzó con puntualidad casi inglesa. A pesar que el lugar no estaba lleno sí
había suficiente gente para evitar esa incomodidad y tristeza que nace de estar
presente en una convocatoria mal correspondida. La conexión entre el público y
la banda inglesa fue inmediata y se mantuvo en buenos términos básicamente todo
el concierto. Esto, en buena medida, gracias a la espontaneidad y actitud relajada
de Ricky Wilson (el que canta), quien desde muy temprano mostró buena
disposición para convivir con el público e incluso bajó del escenario a cantar
a tiro de escupitajo con la gente.
Por otro
lado, los Kaiser Chiefs decidieron ir a la segura y presentaron el mismo set
que han venido ofreciendo en los últimos meses en sus presentaciones en vivo,
el cual incluye canciones de todos sus discos, haciendo énfasis en su más
reciente producción ‘Education, Education, Education And War’ así como en el
primero (y más famoso de la banda) ‘Employment’. A pesar que este hecho hizo
que me sintiera poco especial, uno más del montón, dejando atrás eso que somos el
mejor público del mundo, nadie se compara a nosotros, valen mil, nunca cambien;
no puedo quejarme demasiado ya que los de Leeds tocaron la gran mayoría de sus
trancazos y no dudaron en soltarlos desde temprano (si acaso les faltó incluir
“Na Na Na Na Naa”).
Si bien es
cierto que la canción más celebrada por el respetable fue “I Predict a Riot”,
la cual tiene ese encanto inherente de las canciones que hablan de destrucción,
anarquía y caos; yo disfrute especialmente “Everything Is Average Nowadays” ya
que me recuerda lo está pasando en la escena musical actual donde el movimiento
hipster se ha vuelto una simple moda, un chiste contado demasiadas veces, una
burda caricatura de lo que era, un artículo más de consumo masivo que baja sus
estándares para que pueda ser consumido por un público simplón que sufre
jaqueca cada vez tiene que pensar por sí mismo. El movimiento hipster está en
decadencia y sólo queda esperar a ver qué lo va a remplazar para, una vez más, presenciar
el ritual del ciclo de la vida: nacimiento, desarrollo plenitud, decadencia y
muerte. Mientras tanto tendremos que conformarnos con la mediocre música
promedio de estos días. O tal vez no ¿Por qué no ser un tanto proactivos y
salir a buscar algo nuevo? Porque de que hay tesoros esperando ser descubiertos
estoy seguro que los hay, la cuestión es buscarle.
En fin, el
concierto duró alrededor de una hora y cuarto, poco tiempo para un grupo con
cinco discos. Sin embargo, quiero ser positivo y hacerme a la idea que
predominó la calidad antes que la cantidad. Al final, tanto la banda sobre y
debajo del escenario terminó bastante contenta (o por lo menos eso creo). Los
primeros acumularon millas aéreas, bebieron e hicieron lo que más les gusta
hacer durante esta su tercera visita al país; mientras que los últimos tuvimos
la oportunidad de recordar, brincar y gritar por un rato. Probablemente los
únicos que no quedaron muy satisfechos con este concierto fueron los
revendedores, quienes al parecer se quedaron con unas cuantas entradas.
Ahora, que
si lo que quieren es conocer con lujo de detalle cuáles fueron cada una de las
canciones que tocaron, pues échenle un vistazo a la siguiente lista:
1. The Factory Gates
2. Everything Is Average Nowadays
3. Everyday I Love You Less and Less
4. Little Shocks
5. Bows & Arrows
6. Modern Way
7. Coming Home
8. You Can Have It All
9. Never Miss a Beat
10. Ruffians On Parade
11. I Predict a Riot
12. Ruby
13. Misery Company
14. The Angry Mob
Encore:
15. Cannons
16. Oh My God
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