¿Cuántas veces les ha pasado que están hablando de música con alguna persona algunos años mayor que ustedes (sus tíos, por ejemplo) y uno termina irremediablemente decepcionado por el nivel tan bajo de conocimiento y alto rechazo hacia la música que les gusta? Generalmente estas pláticas no conducen a nada, excepto a perpetuar el estereotipo que a esta gente sólo le gusta la música fresa y/o de viejitos. Es más ¿cuántas veces no les ha tocado escuchar el ‘bájale al volumen’, ‘no se les entiende nada’, ‘esa es música de locos’, ‘en mis tiempos la música era mejor’?...
Bueno, mis
familiares no son la excepción. En varias ocasiones me he esforzado por mostrarles
canciones que según yo les pueden gustar (calmadas, melódicas y sin muchos
guitarrazos) y me he encontrado con el rechazo más tajante. Al parecer, no
importa qué género ponga, la música sigue siendo demasiado ‘pesada’.
Afortunadamente, no todos mis conocidos son así.
Hace algunos
años, creo que yo ni siquiera había llegado a la pubertad, me encontraba
hablando de música con algunos primos. El papá de dos de ellos nos escuchó
cuchichear, se acercó y se unió a la conversación. En esa ocasión nos habló de
un grupo que le gustaba bastante e incluso nos prestó un casete (con este dato
se pueden dar idea de hace cuántos años fue). Hasta la fecha recuerdo con
bastante detalle esa portada (un dibujo bastante oscuro, repleto de tinta negra
y morada, de unos seres entre perros y murciélagos asechando entre sombras) y una
canción que me gustó mucho. Esta plática no fue la única de ese tipo que
tuvimos. En otra ocasión estábamos hablando de guitarristas y me sorprendí al
descubrir que él estaba al día y conocía los mismos nombres que yo…
En fin, la
cuestión es que, desde el jueves pasado (23 de mayo), esas pláticas con mi tío
ya no podrán realizarse debido a su intempestiva partida de esta existencia… A
pesar de su ausencia los recuerdos permanecen y son atesorados.
Nazareth
“Hair of the Dog”
Un abrazo
fuerte y sincero para mi tía y mis primos. Estamos con ustedes.
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