miércoles, 22 de octubre de 2008

¡Salmón, eres grande!


Oeee oe oe oeeeee, Andrés, Andrés, Oeee oe oe oeeeee, Andrés, Andrés…

Así cantaban todos los asistentes al Auditorio Nacional el pasado lunes 13 de octubre cuando se apagaron las luces poco después de las 20:30 para recibir a Andrés Calamaro. De esta forma se ponía fin a una espera de ¿20 años? Bueno, no tengo el dato exacto pero sí son muchos años. Desde el primer acorde la gritadera se puso de lo lindo. Fue una noche llena de rock, blues, tangos, un poco de reggae y no, no hubo milongas.

Palabras más, palabras menos, el concierto estuvo de diez.

La gente se entregó por completo desde el primer instante y Andrés correspondió de la mejor forma que conoce, dando un gran concierto. Además un gran detalle de su parte fue cuando alguien del público le aventó un jersey de los PUMAS y él se lo puso, con mucho orgullo, encima de su vestimenta. Otro buen detalle fue cuando besó el piso del Auditorio Nacional como muestra de respeto a todas las grandes figuras que se han presentado ahí (si sólo supiera que ese suelo también ha sido pisado por Alejandro Fernández, Simple Plan, etc. etc. tal vez lo hubiera pensado dos veces).

En fin, entre las canciones que cantó y que no podían faltar figuraron:
Todavía una canción de amor. Excelente composición surgida de la complicidad entre Andrés Calamaro y Joaquín Sabina, allá por los tiempos de Los Rodríguez.
Loco. Que afortunadamente mejoró sustancialmente comparada con la versión del disco, mucho más rockera y con onda.
Flaca. De las más coreadas de la velada, hasta la piel se me puso chinita al escucharla. Como para cantársela a aquella susodicha de alta suciedad que se hace del rogar y no le importa causar un poco de sufrimiento.
Te quiero igual. Con honestidad brutal el salmón interpretó este tema de amor incondicional y mal correspondido. Grandiosa canción.
Canal 69. ¡Se mueve porque se mueve!
Jugando con fuego. El primer tango de la noche. Sublime composición e interpretación que la gente le supo reconocer.
Los mareados. Dicen que uno no es ninguno, así que Andrés nos regaló el segundo tango de la noche.
Estadio Azteca. Después de dos magníficas muestras del sabor argentino por antonomasia hizo su aparición una de las mejores composiciones de este gran maestro. Infinitamente superior a la versión de estudio. Esta canción es para estremecer a cualquiera que ha sido testigo de las hazañas que han ocurrido en el Coloso de Santa Úrsula. ¡Ovación de pie!
Sin documentos. Por supuesto que no podía faltar esta gran composición con sabor flamenco. A quién no se le ha ocurrido en por lo menos una ocasión pedir prestados unos versos de esta rola y cantárselos a la persona amada. “Quiero ser el único que te muerda la boca, quiero saber que la vida contigo no va a terminar”.
Paloma. La última canción de la noche. Llena del sentimiento y lírica característica de este gran compositor de Buenos Aires. Nos vemos, Salmón; ¡hasta luego!


Y para todos los que fueron y hasta la fecha sonríen al recordar este concierto, así como a los que no está familiarizados con la obra de este gran señor, les dejo un par de direcciones donde pueden bajar de forma completamente legal y gratis (o por lo menos así dicen en wikipedia) algunas canciones de Andrés Calamaro.

http://www.deepcamboya.com.ar/
http://www.camisetasparatodos.com/

También les dejo el video de cómo se escuchó y vivió la canción de la “Flaca” y el video oficial de una de mis canciones favoritas,“Estadio Azteca”.

Flaca


Estadio Azteca


Lo único malo del concierto fue que no tocó “Algunos hombres buenos”, ni modo, será para la próxima.

No dejen de rockear y de patear traseros.

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