lunes, 10 de septiembre de 2012

Un mal día para apellidarse Armstrong


Todos hemos tenido días o rachas en las que las cosas simplemente no se nos dan y la mala suerte nos acosa hasta en las actividades más insignificantes. Por ejemplo, igual y tu torpeza a la hora de comer hace que derrames parte de ese delicioso pozole que tanto te gusta y manches tu ropa. O a quién no le ha pasado que después de invertir horas en un documento para la escuela o el trabajo se va la luz y como no fuiste lo suficientemente desconfiado de la compañía de electricidad, no salvaste el trabajo, perdiéndolo todo y tienes que volver a escribir todo desde cero. Otra es cuando tienes una cita y vas a bordo de tu corcel motorizado sólo para encontrarte con un embotellamiento marca diablo causado por alguna manifestación o la calle se convirtió en una alberca a causa de la lluvia o simplemente algún primate detrás del volante decidió estacionarse en medio de la calle y no dejar pasar a nadie, ya que, desde su forma de pensar ‘si no pasa él, no pasa nadie. En fin, el chiste es que después de sortear el tráfico, idear nuevas rutas para llegar a tu destino, perderte a causa de esa nueva ruta que probaste y llegar a tu meta solamente una hora después de lo planeado, te hacen esperar y te hacer reclaman por tu falta de seriedad.

Lo que es poco probable es que gente con el mismo apellido tenga una semana de perros. Esto le pasó recientemente a un grupo de ilustres personajes apellidados Armstrong.

El 23 de agosto, después de una larga y ardua lucha por tratar de probar su inocencia por el supuesto uso de sustancias ilegales para mejorar el rendimiento, Lance Armstrong decidió no seguir su disputa contra la agencia antidopaje de los Estados Unidos, con lo que la USADA confirmó que el ciclista estaba vetado de por vida y sería descalificado de cualquier competencia, con el consecuente despojo de cualquier premio obtenido después del primero de agosto de 1998. A mi me dio mucha pena escuchar esta noticia, ya que, aunque nunca me compré una de las pulseras de Livestrong que tanto se pusieron de moda hace ya algunos años y nunca tuve una exagerada devoción por este personaje, las acusaciones se basaban solamente en testimonios y, hasta donde tengo entendido, nunca se presento un prueba científica ligada al deportista.

Un par de días después, el 25 de agosto, para ser más exactos, el primer hombre en caminar en la luna colgó su traje espacial. No recuerdo mucho de ese evento, probablemente porque no había nacido, pero recuerdo como mi mamá me platicó de cómo vivió esa experiencia. Básicamente toda la familia se reunió frente a la televisión en completo silencio a presenciar ese evento histórico. Toda la polémica que se suscitó después respecto a que si en verdad el hombre caminó en la luna o si todo fue filmado en un set para películas carece de importancia, Neil Armstrong es parte de la historia y eso es algo que difícilmente podrán cambiar.

Las desgracias no son motivo de alegría ni de celebración, en especial cuando le pasan a uno, y en más de una ocasión deberían servir como motivo de reflexión. Yo, lejos de acongojarme o lamentarme por la muerte de Neil Armstrong, recordé una canción que hace referencia a los viajes a la luna y a ser la persona que queremos ser. De hoy en adelante esta será la forma en la que recordaré a este astronauta.
  
Great Lake Swimmers “See You On The Moon”

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