sábado, 29 de junio de 2013

¿Qué quiere la banda? Música gratis de Pixies


Hace tiempo que no publicaba nada para esta sección y me da mucho gusto volverlo a hacer. ¿Por qué? Simplemente me hace sentir como Santa Claus. Ya saben, dando regalos y haciendo feliz a los niños (excepto a los que se portaron mal).

Hoy les tengo un regalo cortesía de uno de los mejores grupos de la historia: Pixies. Quienes apenas ayer decidieron subir una canción, “Bagboy”, a su sitio oficial y regalarla (muy distinto a los que hicieron en 2004 con “BamThwok”, a la venta a través de iTunes).

Las razones detrás de la publicación de esta canción no son claras hasta el momento y creo que a muchos nos tomó por sorpresa escuchar material nuevo, en especial después que lo último de lo que nos enteramos fue la salida de la bajista, Kim Deal.

En fin, si quieren bajar la canción escriban su correo electrónico aquí abajo.


Por cierto, ya hay un video oficial.

Pixies "Bagboy"


miércoles, 26 de junio de 2013

¿Qué tal está el nuevo disco de Vampire Weekend?


Elegir la mejor producción de Vampire Weekend es fácil ya que este cuarteto gringo sólo tiene tres LPs. Sin embargo, su más reciente disco, ‘Modern Vampires of the City’, supera fácilmente lo hecho en ‘Contra’, pero se queda por debajo del primer material que grabaron.

Una buena noticia es que los ritmos alegres, movidos y con un cierto sabor africano (cortesía del fraseo de Ezra Koenig) están de regreso. Lo cual, en cierta forma, da la impresión que este es un disco para escuchar en una fiesta o una parrillada con los amigos. El ajuste respecto a quien lleva las riendas en la producción de las canciones se nota y es bienvenido. Ariel Rechtshaid renueva la frescura con la que suena la banda (no es que Rostam Batmanglij fuese malo, pero ya eran necesarias algunas ideas nuevas). Por ejemplo, “Diane Young” es probablemente una de las composiciones con mayor y mejor producción en la historia de la banda. Es francamente entretenido ir pelando cada una de las capas que tiene la canción y descubrir un sonido o un detalle nuevo cada vez que uno la vuelve a escuchar. El sax, los coros, extrañas texturas que aparecen y desaparecen como luciérnagas en la noche…

Vampire Weekend “Diane Young”
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Otras canciones destacan por diferentes motivos. Por ejemplo, en “Step” y Don’t Lie”, yo destacaría la forma en que suena y se alterna, piano, órgano y demás instrumentos de teclados.

Vampire Weekend “Step”

Y ya que estamos en esto del sonido de ciertos instrumentos, cómo no mencionar el papel de la batería en “Unbelievers” y “Worship You”, así como su capacidad de parecer algo completamente distinto a lo que realmente es. Me explico, en la primera canción, la bataca suena como un corazón con taquicardia; mientras que en la segunda, se asemeja a un caballo galopando a toda velocidad.

Vampire Weekend “Unbeliebers”

Aunque si tuviera que escoger una canción favorita elegiría “Ya Hey”. Aquí lo que más me gusta es el tratamiento que le dan a la voz, más específicamente, a los coros. A veces suenan tremendamente sublimes e inspiran un profundo respeto hacia lo que están entonando. Mientras que, en otras ocasiones, da la impresión que unas ardillas tomaron el control y sólo se dedican a echar relajo.

Vampire Weekend “Ya Hey”

Ahora, si bien la parte sónica es luminosa y alegre, las letras son lo opuesto, obscuras y tirando a lo trágico. Un tema que está presente en casi todas ellas es el tiempo. Sobre este tema se abre una serie de reflexiones que nunca terminan por cerrarse, dejando al escucha la tarea de meditar sobre ellas. ¿Qué hacer con el tiempo que tenemos? ¿Cómo aprovecharlo? ¿Vivimos rápido y al límite o nos apaciguamos esperando que los años nos concedan sabiduría? ¿Somos rebeldes, conscientes que podemos terminar mal, o vivimos cómodamente bajo el yugo de algún amo? Por último ¿cómo vivir nuestra vida si tememos/sabemos que la decisión que tomamos no fue la correcta, la que realmente queríamos, y no podemos hacer nada por corregirla?

Alusiones bíblicas y referencias a algunos sitios de los Estados Unidos son otra constante. Como si Ezra Koenig nos presentara dos caminos a elegir: el espiritual o el material. Y como si se tratara de una novela existencialista, el desenlace que se esboza no siempre es halagüeño.

Ya sea por la música, por la letra o por los dos, ‘Moders Vampires of de City’ es una muy buena opción para cualquier melómano. 10 de las 12 canciones incluidas son buenas o mejores (las únicas que chafean son “Hannah Hunt” y “Hudson”). Además, no está nada caro. Aunque si de plano les duele mucho el codo, pues siempre hay otras formas de obtenerlo. La decisión es de ustedes.

miércoles, 19 de junio de 2013

Luces, cámara, acción… Bronson


Hay actos que escapan al entendimiento de cualquier persona cuerda por la total falta de pudor y vergüenza de quienes los realizan. Por ejemplo, ¿cómo es posible que en la década de los 80 la gente usara semejantes trapos y peinados?, ¿cómo es posible que la gente haya encumbrado (aunque haya sido por cinco minutos) a Nicho Hinojosa y sus más que mediocres covers?, ¿cómo es posible que la gente salga a la calle usando crocs?, ¿cómo es posible que existan personas que gusten de meterse al mar o a la alberca en trusa y/o camiseta?, ¿por qué hay tantas personas que agregan la ‘s’ al final de palabras que no la llevan, como si fuera la forma correcta de hablar español (‘vistes’, ‘fuistes’, ‘oistes’…)?, ¿por qué hay gente que, al más puro estilo animal, gusta de mascar con la boca abierta?, ¿Por qué hay gente tan increíblemente repugnante que, mientras está en medio de una multitud, disfruta de tragar sus propios gargajos como si fuesen shots de gelatina?... En fin, eventos como los antes mencionados existen por montón, pero definitivamente el peor, más extremo y que levanta la más grande incógnita es ¿por qué la gente le va al américa?

El video que a continuación les mostraré es un ejemplo de lo que es no tener vergüenza. Afortunadamente su protagonista no es un americanista, como tantos que pululan actualmente, y que sólo saben dar pena ajena.
  
El orgullo de la familia

Hasta el que está atrás hace como que no conoce al timbón que quiere comerse el micrófono

Niñez sin futuro

El finísimo D.T. del américa en sus años de galán de telenovela

El dueño del américa, sin palabras…

En fin, el rapero Action Bronson nació en los Estados Unidos de América, más específicamente en Flushing, Queens, Nueva York (el mismo lugar del que viene La Niñera) y nos regala un video que demuestra lo que es no tener vergüenza. Si no me creen, véanlo y juzguen por ustedes mismos.

Action Bronson “Strictly 4 My Jeeps”

domingo, 16 de junio de 2013

Superman y The Beatles


Superman es a los comics lo que The Beatles a la música…
Sobrevaluados a más no poder.


jueves, 13 de junio de 2013

Vetusta Morla en el Teatro Metropólitan o la travesía de una tortuga muy vieja


Vetusto, ta.
(Del lat. vetustus).
1. adj. Extremadamente viejo, anticuado.

Morla es el nombre de la tortuga que aparece en ‘La historia interminable’ de Michael Ende.

¿Qué pasaría si ambas palabras tienen un bebé? Es resultado es Vetusta Morla, un grupo español formado en 1998, en un lugar de La Mancha de cuyo nombre no puedo acordarme y que el pasado 6 de junio se presentó en el Teatro Metropólitan como parte de una gira por varios países de América Latina.

He de confesar que fui a este concierto con un mínimo conocimiento de la banda. A pesar que tienen 15 años en activo y que ya habían visitado la Ciudad de México en cinco ocasiones yo no tenía idea de quiénes eran o qué música tocaban. M me había hablado muchas cosas buenas de ellos, así que decidí acompañarla y ver qué pasaba. Si el concierto estaba muy chafa siempre tenía la opción de descansar mientras me dejaba escurrir sobre la butaca, deseando que un buen sueño me adopte.

No sé por qué, pero lejos de investigar sobre la música de este grupo y ponerme a escucharla de forma intensiva, decidí acercarme a ellos de una forma distinta. Leí sobre ellos, eso sí, más nunca escuche una de sus canciones. Fue así como aprendí que son un sexteto liderado por un sujeto que se hace llamar Pucho. Tienen publicados cuatro EPs y dos LPs. El primero de ellos, “Un día en el mundo” (2008), fue muy celebrado e incluso hubo quien llegó a calificarlo como “el mejor primer disco de un grupo en la historia del rock español”. Sus letras suelen estar llenas de metáforas harto crípticas. Estas llegan a un grado de complejidad que la revista Rolling Stone España le solicitó a un grupode psicoanalistas que descifraran lo que el grupo quería decir.

El Teatro Metropólitan es uno de los recintos más bellos de la ciudad para asistir a conciertos, obras de teatro e incluso películas. Minutos antes de que todo comenzara la planta baja estaba prácticamente llena (no sé cuánta gente había en el segundo piso pero supongamos que estaba igual).

Las luces se apagaron, los músicos tomaron su lugar sobre el escenario, el concierto comenzó. Lo que más me impresionó durante la primera canción, “Los días raros”, fue la fuerza del coro que acompañaba Vetusta Morla. Eran cientos de ellos, todos de pie alrededor mío y opacaban la voz del cantante. Y sí, esa fue la tónica durante el concierto. Un público conocedor y entregado. La mayoría de los que ahí estaban eran fans de verdad, eso ayudó a que se viviera un buen ambiente. Los que quieren y fueron a ver a Vetusta Morla lo hicieron con entrega total. Todavía no logro descifrar la razón detrás de ese misterio, de esa devoción; puede que la respuesta esté detrás de esas letras tan extrañas que en mis oídos parecían ser habladas en una lengua foránea, pero a los demás parecía calarles profundo y se identificaban con ellas como si estuvieran viéndose en un espejo. El grupo lo notó, se veían contentos. Siempre es bueno saber que tu esfuerzo es apreciado. Pucho era una máquina de hiperactividad, se movía de forma extraña, parecía que sufría una convulsión o estaba poseído… y nadie podía controlarlo. Pero él no sólo se dedicó a bailar consigo mismo, también interactuó en repetidas ocasiones con la audiencia, les platicaba entre canción y canción, los hacía aplaudir y cantar, los integraba a su mundo.

Por otro lado, el resto de la banda (Guillermo-guitarra, Álvaro-bajo, David-batería, Jorge-percusiones, Juan Manuel-guitarra/teclados) también hizo lo suyo bastante bien. Siempre tocando con mucha energía interpretativa.

Ya casi para terminar. ¿Cómo calificar el estilo de la banda? No estoy seguro, hace unos años el adjetivo calificativo habría sido música alternativa, ahora me imagino que la etiqueta más apropiada es indie rock... Este comentario tan poco específico fue una introducción para comentarles que las canciones que prendieron más al respetable fueron:
“Los días raros”, “Sálvese quien pueda”, Saharabbey Road y “La cuadrtura del círculo”.

Por cierto, Carla Morrison fue invitada especial en “Maldita Dulzura”, pero el consenso de las personas con las que platiqué fue que ella quedo corta y no llego a la altura exigida por la canción.

En fin, esa fue una buena noche, llena de agradables descubrimientos y un final frenético que incluyó la destrucción de un barril que usaron para la sección de percusiones.

Por último, la lista completa de las canciones que tocaron ese día:

1. Los días raros

2. Boca en la tierra
3. Cenas ajenas
4. Copenhague

5. Un Día En El Mundo
6. Escudo humano
7. Maldita Dulzura (con Carla Morrison)
8. En el río
9. Sálvese Quien Pueda

10. Valiente
11. Saharabbey Road

Encore:
12. Al respirar
13. Rey sol
14. Baldosas amarillas
15. El hombre del saco
16. Iglús
17. Lo Que Te Hace Grande
18. La cuadratura del círculo

¡Hasta pronto!

Otras fechas de Vetusta Morla en México

7 de junio en León, Guanajuato.
13 de junio en Guadalajara, Jalisco.
14 de junio en Querétaro, Querétaro.
15 de junio en Tijuana, Baja California.

lunes, 10 de junio de 2013

Un objeto llamado Café Tacvba


Café Tacvba ha sido por muchos años el objeto del afecto de muchas personas. El concierto que dieron el pasado 5 de junio, como parte del arranque de la gira ‘El Objeto’, estuvo muy en línea con todo el concepto que implicó la grabación de su más reciente disco, una tocada íntima donde los afortunados invitados se sentaron cerca, muy cerca del grupo.

Desde hace unas semanas un halo de misterio envolvía el ambiente respecto a cómo sería la nueva gira de Café Tacvba. Se rumoraba que querían hacer algo nuevo, pero no se tenía certeza qué. De entrada, el recinto donde se realizaría el concierto, el Foro Corona, sonaba como un lugar extraño, principalmente por su pequeño aforo (hasta 3,000 personas de acuerdo al sitio del local). Además, el precio de los boletos no era precisamente barato (MXP 800/USD 63+ cargos).

El tráfico y el estacionamiento no fueron inconvenientes, lo cual fue un aliciente durante el inicio de esta travesía. Le siguió una caminata a través de las laberínticas instalaciones donde se encuentra el Foro Corona. Entonces ahí estaba, descansando a un costado de del Hipódromo de las Américas. Parecía una combinación de oruga colosal y pabellón espacial. Al cruzar las puertas giratorias que evitaban que saliera el aire de la estructura neumática, uno se encontraba con una especie de cubo negro al centro del lugar, formado por mantas gigantescas que no hacía nada más que quedarse ahí, descansando, sin prestar mucha atención a los visitantes. Después de dar un breve recorrido uno podía percatarse que esta peculiar forma geométrica tenía entradas. ¿Por qué no averiguar qué hay detrás de la cortina? En este punto sentía como si me encontrara mordisqueando una de esas paletas con varias capas de colores y sabores, tratando de resolver el misterio qué hay en su núcleo. Y lo que encontré fue un escenario cuadrado, justo al centro y cruzado de lado a lado por una pasarela. El interior era igual de obscuro que las paredes del exterior y las bocinas estaban colocadas en dos extremos, apuntando hacia el centro del lugar.

Sonidos ambientales (como esos que luego ponen en algunos museos de historia natural) fueron la compañía de los asistentes durante la espera. Encontrar lugar fue bastante sencillo, yo estaba a menos de dos metros del escenario, aunque algunos estaban literalmente con los brazos sobre él. no había personal ni vallas de seguridad… Una apuesta peligrosa, habrá que ver qué pasa.

Las luces por fin se apagaron y los tacvbos desfilaron por una de las pasarelas. Se acomodaron sobre el escenario y tomaron sus instrumentos. Todos intercambiaban miradas al centro del lugar, lo cual, lejos de dar la impresión que se aislaban del público, permitía que uno estableciera contacto visual con la mayoría de los integrantes de la banda. Fue un concierto tremendamente personal e íntimo. La cercanía hacía que el contacto ojo-a-ojo fuera real e ineludible. Uno podía ver que teclas presionaba Meme, los pedales que pisaba Joselo, las cuerdas que Quique rasgaba y hasta las arrugas de Zopilote… detalles que generalmente sólo son posibles apreciar estando sobre el escenario.

A pesar de lo personal del concierto también hubo espacio para artilugios, efectos especiales y teatralidad. Desde un árbol blanco que surgía del centro del escenario, hasta un volcán de fuego, pasando por una lluvia de burbujas, una inmersión en un océano de rayos laser y un enjambre de estrellas que jugueteaban ente el público. Mención honorífica se merece la espectacular iluminación distribuida a todo lo largo y ancho de la caja negra en la que nos encontrábamos. La luz iba a todos lados y en todas las formas. Las paredes y el techo también fueron parte del lienzo donde se dibujaba este mundo.

Mucho se habló en su momento de la gira 360° de U2 por su concepto y espectacularidad. Sin embargo, a pesar de que hablamos de un público y escalas diferentes, el concierto de Café Tacvba superó en buena medida la intensidad, capacidad de inmersión y experiencia ofrecida versus la del grupo irlandés liderado por Bono.

Las canciones que fueron la banda sonora de la velada fueron relativamente tranquilas y representativas de la larga trayectoria de este grupo oriundo de Ciudad Satélite. No está de más mencionar que la calidad interpretativa fue de primer nivel y sólo hubo un ligero problema técnico con el melodión en una canción del encoré.

Y ya que estamos hablando de la parte final del concierto, es inevitable comentar algo que sucedió en este punto. Hasta este momento la gente (según cifras oficiales éramos alrededor de 2,000) se había comportado de forma ejemplar, no aventando objetos al escenario, ni tratando de escalarlo. Por el contrario, se dedicaron a corear las canciones, bailar y aplaudir. Sin embargo, durante el encoré el grupo decidió atender las peticiones de la concurrencia. La primera elección fue “Las Flores”. Una explosión de energía surgió entre los presentes, era como si el suelo fuera una placa de hierro ardiente y todos estuvieran saltando para no quemar la planta de sus pies, una escena digna de ser recordada. La siguiente complacencia fue “La Chica Banda”, aquí fue cuando se desató el pandemónium. Decenas de mujeres (bueno, y uno que otro personaje con una orientación sexual poco convencional) comenzaron a trepar al escenario en algo que parecía sacado de una película de zombis. El personal para bajar a las damas se tardó en llegar y por momentos parecía que todo podía desembocar en un grave accidente. A final de cuentas a una changuita sí le pasó algo, no sé exactamente qué, pero logré ver a la distancia su mano cubierta de sangre, así como trazos de color marrón sobre la camiseta de Zopilote y Joselo. Después de este incidente el grupo moderó el tono de las canciones restantes y la noche terminó en relativa paz y armonía.

Café Tacvba y las chicas banda
Aquí la lista con las canciones del concierto.
1. 7
2. Pájaros
3. El Aparato
4. El Ave

5. Andamios
6. Ixtepec (con letra de Debajo del Mar)
7. El Río
8. Árboles Frutales
9. Seguir Siendo
10. Tengo Todo
11. 2
12. Trópico de Cáncer
13. De Este Lado Del Camino

14. Aviéntame
15. Esperando
16. Lento
17. Canto Lakota
18. Zopilotes
19. Pez
20. Verde
21. Agua
22. Espuma
23. Olita Del Altamar

24. Yo Busco
25. Cierto O Falso
26. Tan Mal
27. Volcán

Encore:
28. Aprovéchate
29. Las Flores

30. La Chica Banda
31. El Espacio
32. El Baile Y El Salón

El único detalle que sí me desagradó bastante fue la apología de las drogas que hizo Rubén/Zopilote cuando decidió fumar algo que parecía un cigarro de mariguana que alguien del público le dio. Las ganas de pasarla bien no son justificación para cerrar los ojos ante el derramamiento de sangre, dolor y afrentas que provoca este flagelo.

sábado, 8 de junio de 2013

El sueño de opio de un ex presidente


Ahora resulta que el tristemente célebre ex presidente mexicano Vicente Fox, famoso por sus botas de charol y notable compromiso por resolver los problemas del país, tal y como quedó de manifiesto en su lapidaria/reveladora frase de ‘¿Y yo porqué?’, ahora dice que si fuera legal sembraría mariguana.

Todo esto hace que me pregunte si toda esa ineptitud e inacción durante su mandato era una pantalla y lo que él quería hacer desde un principio era que el problema del narcotráfico explotara para después hacerse, primero, promotor de la legalización de la mariguana so pretexto de reducir el poder de ciertos grupos criminales y, después, productor de la susodicha droga (y de paso justificar su suntuoso estilo de vida).

En fin, esta fue la canción que vino a mi mente cuando estaba meditando sobre este tema.

Dandy Warhols “Not If You Were The Last Junkie On Earth”

Igual y sería bueno que el ex presidente llame a su marca de mota: FOCFOC’S

lunes, 3 de junio de 2013

Cara a cara con Shout Out Louds


Hace poco publiqué un post donde informaba que Ticketmaster tenía los boletos para algunos conciertos, entre ellos el de Shout Out Louds, al 2x1. En esa ocasión también mencioné que no recordaba el nombre de ninguna canción del grupo antes mencionado, pero que sí tenía la impresión de haberlos escuchados y que según yo eran buenos.

Haciendo caso a mi consejo decidí comprar unos boletos para, acto seguido, ir el jueves 30 de mayo al concierto de Shout Out Louds en El Plaza Condesa. Nunca en mi vida había visto ese lugar tan vacío. Creo que estaba a un 30% de su capacidad, 40% a lo mucho. En este momento, justo antes que comenzara el recital, lo único que podía pensar era qué sentiría el grupo al ver tan poca asistencia. ¿Les importaría?, ¿se enojarían con la gente por no apreciar su música e ir a verlos?, ¿estarían decepcionados con ellos mismos porque después de 10 años de carrera no pueden convocar al suficiente público para llenar un lugar relativamente pequeño (1,500 personas) en una ciudad definitivamente grande (algo así como 9 millones de habitantes)?

En fin, poco después de las 9 de la noche la incógnita comenzó a despejarse. Los cinco integrantes de esta banda sueca subieron al escenario y comenzaron a tocar sobre un fondo azulado que parecía emular una tranquila noche estrellada. Era una postal muy bonita, yo no podía dejar de tomar fotografías mentales.

Desde un comienzo, Adam Olenius, el que canta, comenzó a hablar del gusto que era estar tocando aquí y que no podía creer que se habían tardado tanto en venir a la Ciudad de México. Una historia que francamente he escuchado decenas de veces en voz de otros músicos y a esta altura del partido no sé si es verdad o parte de un guión hecho hace tiempo que repiten cada que tocan en alguna ciudad nueva. Fuese como fuese, Shout Out Louds tocó muy bien. Ellos son una de esas bandas que suena mejor en vivo que en CD. En las grabaciones tienen un sonido bastante agradable, suave y melódico; no es de sorprender por qué muchos los clasifican como indie pop. Sin embargo, en vivo la cosa cambia, adquieren mucha más fuerza, las canciones suenan con más carácter, más energía, más ímpetu; uno realmente se cuestiona si es justo catalogarlos con esa palabra tan sucia: ‘pop’.

De regreso al concierto. Poco a poco, no sé si fue porque así sucedió o así lo quise creer, el lugar comenzó a verse más lleno. Yo estaba contagiado por lo energético de la música, así que decidí acercarme más al escenario. En un santiamén me encontraba a dos personas de la valla de seguridad. Cuando se trata de conciertos, pocas cosas son más interesantes que estar cerca del escenario. Me parece particularmente fascinante escudriñar los gestos faciales y la mirada de los músicos, ¿qué es lo que miran?, ¿buscan establecer contacto visual con la gente o se clavan en tocar?, ¿qué gestos hacen?, ¿se la están pasando bien o simplemente están haciendo su trabajo, ganándose el pan de cada día? En esta ocasión me pareció que la decisión fue dividida, aunque en general fue buena. Creo que algunos, el cantante y el bajista, en especial, hicieron buena química con la gente y poco a poco comenzaron a compenetrarse hasta llegar a un grado de entendimiento y complicidad como el de los niños cuando conspiran para realizan alguna travesura.

Adicionalmente, la gente estuvo bastante animada, claramente se veía que querían pasársela bien. Y si bien casi no corearon las canciones, hacían su mejor esfuerzo por seguir el ritmo de la música y recompensar con aplausos, gritos y chiflidos a los integrantes del grupo. En verdad que la reacción de la gente hacía parecer que había mucha más gente de la que en verdad se encontraba presente.

Shout Out Louds fue una muy buena experiencia, aunque no sé si algún día regresarán a Changotitlán. Fueron muchas las canciones buenas que tocaron, pero me cuesta trabajo escoger a la mejor de la noche… Aunque si me torcieran la mano probablemente iría a lo seguro y escogería “Impossible” y “Tonight I Have To Leave It”.

Otra de las cosas que me gustaría hacer para farolear de la gran noche que viví es poner algunos videos de las canciones que tocaron. Desafortunadamente sólo han subido uno de ellos a YouTube y ni siquiera es una canción completa… En fin, los dejo con la lista de canciones de esa noche así como un enlace donde podrán ver unas fotos bastante cotorras que espero sirvan de testigo y ayuden a transmitir lo que se vivió esa noche.

1. Sugar
2. Walking in Your Footsteps
3. The Comeback
4. Impossible
5. Candle Burned Out
6. Normandie
7. Fall Hard
8. Illusions
9. Blue Ice
10. Hard Rain
11. Please Please Please
12. 14th of July
13. Very Loud

Encore:
14. You Are Dreaming
15. Walls
16. Tonight I Have To Leave It

Y para la próxima, no sean tan apretados y anímense a escuchar cosas nuevas. Ya que luego van a estar chillando por todas las oportunidades que dejaron pasar.