Después de
lo visto la noche del 6 de junio en El Plaza Condesa quedó claro que eso de “once
you go black you never go back” tiene un buen grado de verdad. Para la mayoría
de los que fuimos al concierto de Hypnotic Brass Ensemble esto se refiere al
poder de la música de esta auténtica ‘banda de hermanos’, para otros, como la
señorita de la foto de abajo, esto tiene una connotación más propia de lugares
privados y de bajos instintos.
Por otro
lado, no sé si soy yo que me gusta ir a los conciertos menos populares, hay
algo raro que hace que la gente evite ir a El Plaza Condesa o de plano las
personas están muy rotas para gastar en este tipo de eventos, pero las últimas
veces que he ido a este lugar la asistencia ha sido bastante baja. Uno se puede
dar cuenta que las expectativas de tener casa llena son bastante bajas cuando,
en lugar de dejar espacio para la gente, la pista está colmada de periqueras y de
meseros desesperados porque alguien les compre algo, lo que sea. Esta ocasión
no fue la excepción, lo cual es una lástima porque Hypnotic Brass Ensemble es
una de las bandas con más onda que he visto en muchos años. ¿Qué no saben
quiénes son? Todos los que han visto ‘The Hunger Games’ los han escuchado, su
canción “War” es el leitmotiv de los juegos. Y si bien la tocaron la noche del
viernes, nunca buscaron que fuera el eje central de la presentación, así como
la gente tampoco la celebró por encima de las otras. Fue un gran momento, hay
que reconocerlo, pero como ese hubo muchos más.
Ver y
escuchar a los seis vástagos de Phil Cohran hacer de las suyas con trompetas,
trombones y bombardinos deja en claro que estos señores disfrutan lo que hacen
y saben cómo contagiar su amor por la buena música. Porque esto no solo se
trata nada más de soplar y soplar como el lobo feroz, aquí también importa cómo
lo haces, el estilo que le imprimes. Ya sea sujetando el instrumento con una
sola mano como quien lleva las riendas de un caballo que galopa a gran velocidad
o marcando el ritmo de la canción por medio de meneos que parecen pequeñas
coreografías.
No recuerdo
cuánto duró el concierto, el tiempo pasó rápido y simplemente olvidé mirar el
reloj. Estaba muy contento por esa combinación de jazz, funk y hiphop que invadió
mis sentidos que lo demás perdió importancia. De hecho, al parecer todos los
que asistimos nos la pasamos tan bien bailando y rebotando los brazos en el
aire que olvidamos tomar videos y subirlos a youtube, por lo que no hay una
bitácora audiovisual que mostrarles... De los “Viva México”, la gente cantando,
Rocco en el hall de El Plaza saludando y tomándose fotos con quien se lo
pidiera… Afortunadamente, los de la revista Kuadro se pusieron las pilas y
publicaron las fotos que pueden ver en este post.
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