sábado, 14 de febrero de 2009

A propósito de San Valentín


¿Por qué a tanta gente le gusta el 14 de febrero? Me imagino que por una de dos razones, por cursis o calientes. Y la verdad es que por más que le doy vuelta al asunto, no encuentro un motivo válido que justifique tanta devoción a un día tan lleno de falsedad, hipocresía, superficialidad y ridiculez.

No lo sé, igual y en un principio, hace mucho, mucho, pero mucho tiempo, este día tenía una razón de ser auténtica, sincera y de corazón. Sin embargo, en alguna parte del camino alguien vio que este evento era una oportunidad perfecta de hacer negocio y vender millones de tarjetas de felicitación (y volverse asquerosamente ricos). De ahí otros se subieron al barco y comenzaron a vender chocolates, peluches, flores, etc. (y se volvieron asquerosamente ricos).

O tal vez todo no comenzó como la gran conspiración comercial que me describí en el párrafo anterior y simplemente fue resultado del deseo espontáneo de millones de personas que simplemente buscaban un pretexto para les dieran una prueba de amor (y que les hicieran algo asquerosamente rico).

En varias ocasiones yo he expresado mi punto de vista respecto al día de San Valentín y muchas veces me encuentro con personas que me señalan como un inadaptado, sin sentimientos, sin amigos y sin la más mínima cualidad que me haga humano. Sin embargo, también me he topado con otros inadaptados (muchos más de los que me imaginaba) que comparten mi sentir respecto al 14 de febrero. A todas estas personas les propongo una cosa, ya no despreciemos al buen Valentín, muy por el contrario divirtámonos con él, aprovechemos las oportunidades que nos ofrece. Este es mi plan:

La idea básica es ser partícipes, junto con todo el mundo, de cómo es que los enamorados celebran su felicidad. Para esto se debe tener a un equipo de personas estratégicamente situada afuera de algunos de los moteles de, digamos, la “Costera de Tlalpan”. Así que, cuando algún auto se disponga a entrar al estacionamiento, el individuo emplazado afuera del nido de amor saca una cámara y le toma una foto a la feliz pareja que va en él. Parte vital de este plan, es que los tortolitos se den cuenta de esta situación y ver cual es su reacción al advertir que su fotógrafo sale corriendo del lugar con toda la evidencia. Para esto último es necesario que alguien más esté filmando lo que pasa.

Posteriormente, el video y las fotos serían editadas, subidas a Youtube, Dailymotion, etc. y se enviarían como archivo adjunto a todo mundo.

¿No les parece una idea genial? Es mas, hasta se me ocurrió un nombre para este proyecto, qué les parece: Operación Rosa Venus.

Así que, si van a una fiesta, no olviden llevar globos y sonreír para la cámara.

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