sábado, 25 de enero de 2014
domingo, 19 de enero de 2014
Lo que el mundo necesita es…
Buena música. Música que te encienda y te haga querer brincar y cantar. Música como la de The Bouncing Souls.
The Bouncing Souls “Sing Along
Forever”
jueves, 9 de enero de 2014
EnSueño
Sucede que a
mí no se me da mucho eso de recordar lo que sueño. Generalmente despierto con
la certeza que soñé algo, incluso puedo tener una que otra imagen en la mente,
como si se tratara una serie de diapositivas. Sin embargo, a los pocos segundos
todo se esfuma, como humo que se lleva el viento, desvaneciéndose para jamás
ser recordado. Por más que trato no puedo recordar qué fue lo que soñé. No
recuerdo los detalles, ni siquiera puedo recordar la idea general. Hay personas
que me han recomendado que deje una libreta y un lápiz junto a mi almohada,
así, en cuanto despierte, puedo apuntar mi sueño. Lo he intentado, pero el
resultado ha sido poco favorable, no tengo tiempo suficiente. El sueño se
esfuma en un abrir y cerrar de ojos…
Las pocas
veces que he logrado conservar algo en mi memoria se trata de una pesadilla o
un sueño realmente angustiante. Por ejemplo, hace cerca de diez años soñé que
me encontraba dentro de una cabaña de madera en medio de un espeso bosque. Creo
que estaba nevando. Desde el interior de mi cálida morada, a través de una
ventana, yo me dedicaba a contemplar el paisaje nocturno. Todo era tranquilidad
y silencio hasta que un pequeño cervatillo, de esos como los de la película
Bambi, cruzó justo enfrente de mi puesto de vigía provocando mi inmediata
ternura. Sin embargo, detrás de los pasos del inocente e indefenso animal, que
caminaba sin prisa y sin otra preocupación que olfatear el suelo en busca de
alimento, venía una jauría de lobos. Ojos amarillos, dientes largos, blancos,
afilados y desenfundados. Cuerpo pegado al suelo, como un resorte listo para
ser activado, listo para atacar.
‘Pobre, se
lo van a comer. No tiene oportunidad de sobrevivir’, fue la frase que cruzó por
mi mente al ver esta escena. Sin embargo, en lugar de seguir al cervatillo, los
lobos comenzaron a rodear mi cabaña, perforando las paredes con su mirada,
fijando su atención en el lugar donde yo me encontraba. ‘Oh no, creo que estoy
en problemas’… Fue en ese momento que desperté.
Hace poco
tuve un sueño el cual recuerdo con bastante detalle. No, no fue una pesadilla,
fue un sueño. Si bien no tenía que ver con lobos, sí tenía que ver con
animales, en este caso, se trataba de un gato. Más específicamente un gato que
tuve por 18 años y que falleció el pasado 9 de enero. Juan fue el nombre que
tuvo en vida y durante muchos años fue mi amigo y compañero. Era tan grande
para su especie que a veces, cuándo me preguntaban cómo era, lo describía como
un tigrillo o un puma en miniatura. Ahora que lo pienso, también tenía algo de
superhéroe, su cuerpo era blanco pero tenía un antifaz negro que le cubría los
ojos y las orejas. Además, una larga mancha que iba del lomo hasta la cola
asemejaba a una capa que se agitaba siempre que el viento acariciaba su pelaje.
Siempre que llegaba a casa tenía la certeza que él iba a estar ahí, esperándome,
listo para jugar o acurrucarse junto a mí. Él nunca dejó de estar a mi lado y
pesar de todos los sillones destrozados, sus arrebatos para marcar territorio y
demás travesuras, nunca dejó de ser tremendamente querido y consentido. Juan
siempre hizo las cosas a su manera.
Desde el
2011 su veterinario de cabecera le detectó un problema renal crónico (tengo
entendido que es una condición bastante común en los gatos). Por más de un año tuvo
cuidados especiales, pero al final del 2012 su salud comenzó a verse seriamente
afectada y los problemas comenzaron a multiplicarse y a afectar órganos... Una
de las decisiones más difíciles y dolorosas que he tomado en mi vida fue la pedir
que lo pusieran a dormir. De hecho, en un principio me opuse rotundamente a la
idea, no quería quedarme solo, pero no podía soportar el ver a mi querido Juan
sufrir, en especial después de tantos años de felicidad que me dio. En su
última noche lo puse sobre mis piernas y nos pusimos a ver la televisión, como
lo hicimos en innumerable ocasiones. Después nos fuimos a dormir, a él siempre
le gustó dormirse a mi lado, generalmente se colocaba encima del cobertor, sólo
en las noches muy frías se metía entre las sábanas. Aunque en sus últimas semanas
le dio por meterse debajo de las sábanas todos los días. Esa última noche
apenas y pude dormir unas horas, él también tenía dificultad para conciliar el
sueño, así que me puse a platicar con mi querido amigo. Hablamos de todo, desde
la primera vez que nos vimos, cómo lo encontré por los tímidos maullidos que
salían por debajo del mueble del comedor. Pasando por todas las aventuras,
sustos y buenos momentos que pasamos juntos... Fueron bastantes horas las que
tomó nuestra despedida.
A las 7: 12
del 9 de enero de 2013 Juan Cirilo Nepomuceno se fue como vivió, haciendo lo
que le dio la gana. No fue la mano de un veterinario la que detuvo su
existencia (Juan siempre los detestó), él decidió irse bajo sus propios
términos en el momento que quiso. En la cama en la que durmió miles de veces y en
la compañía de la persona que más lo quiso y defendió durante toda su vida.
La siguiente
foto la tomé ese día al amanecer como recuerdo de nuestra despedida. El cielo
lucía particularmente hermoso.
Esta canción
también es para mi querido amigo, siempre estuvo dedicada a él, desde que la
escuché por primera vez allá por 1996.
Takako Minekawa “Fantastic Cat”
¿Y de qué
trató mi sueño? Yo estaba en casa. Juan estaba recargado entre mi brazo
izquierdo y mi pecho mientras yo lo acariciaba con la mano derecha. Su pelaje bicolor
tan hermoso como siempre. Durante el tiempo que duró el sueño pude sentir el
calor de su cuerpo. Por alguna razón estaba consciente que estaba soñando y que
en cualquier momento todo iba a terminar. Esto realmente no me importó, yo
estaba feliz y agradecido de poder vivir esto una vez más.
Hasta
siempre Juan.
domingo, 5 de enero de 2014
Deseos para el 2014
Y que llega
el 2014 y junto con él todas las fórmulas científicamente probadas para traer
suerte, dinero, viajar mucho, etc. Porque nada asegura tener mucho dinero como
comprar un borrego de peluche. Para asegurar que vamos a salir de viaje este
año lo que debemos hacer es poner una maleta en la entrada de la casa. Para
traer la suerte no hay nada mejor que ponerse a barrer la entrada, eso sí, que
no se les olvide que es de adentro hacia afuera, de otra forma no funciona.
Pero la mejor de todas es la de los calzones rojos para atraer el amor.
Olvídense si son físicamente agraciados o si tienen una personalidad
agradable/compatible con la de alguien más, la clave es tener calzones rojos.
Científicamente probado…
Como podrán intuir
el año nuevo no es mi favorito. De hecho, es de las celebraciones que menos
gracia me causa. Lo único que me gusta es que es día feriado y las calles están
desiertas. Sí, eso es lo que más me gusta, salir por la mañana y recorrer la
ciudad en mi auto. No sé si ustedes lo han hecho, pero las calles están
desiertas, las tiendas y restaurantes cerrados. El único sonido que uno escucha
es el del motor andando y la música retumbando en el estéreo. Por cierto, este
año le tocó a Spector ser el grupo abridor del 2014. Pero más allá de manejar a
mis anchas, me maravilla la idea que hay millones de personas detrás de los
muros y bardas por los que paso. Que en cualquier momento se pueden abrir las
miles de puertas dispuestas a lo largo, ancho y alto de la ciudad y todos sus
habitantes inundarían las calles, como un río desbordado que arrasa con todo a
su paso, como un enjambre que despierta, hambriento e inquieto. Por momentos
también imagino que soy parte de una película o de las páginas de un libro o de
un libro que es convertido en película en el que el único sobreviviente de un
apocalipsis zombi recorre las calles de la ciudad tratando de sobrevivir a las
malvadas creaturas que se han apoderado de la ciudad (tal vez incluso del
mundo) y que sólo se atreven a salir de su escondite cuando se pone el sol, al
cobijo de la noche, la madre de la oscuridad… Cualquier parecido con “I Am
Legend” es mera coincidencia.
Otra cosa de
la que no soy muy fan es de los propósitos de año nuevo ¿Por qué tiene que ser en
esa fecha y no en cualquier otro día cuando se establece el plan de acción para
el resto del año? ¿Por qué no pueden decir un día, cualquier día, quiero hacer
esto o aquello? ¿Qué tiene de importante el año nuevo? La mayoría de las veces
me parece que la gente hace listas sin sentido a sabiendas que no va a cumplir
eso propósitos ¿Por qué lo hacen? Tal vez porque es lo que han hecho toda la
vida, lo que pasa después no importa. Lo que la gente debería hacer cuando se
propone algo es poner una fecha para cumplirlo y dejarse de sueños guajiros.
Por ejemplo, algo que me propuse el año pasado y cumplí en tiempo y forma fue
terminar 77 juegos del PS3 antes que saliera el PS4 ¡y lo logre con meses de
antelación! (Sí, lo sé. Mis padres han de estar muy orgullosos con las metas
que me planteo).
Entre los
propósitos que tengo ya desde hace tiempo y en los cuales me he concentrado
últimamente están:
Denunciar
las injusticias e hipocresía de la sociedad actual. Por ejemplo, se han fijado
cómo la sociedad satanizó, en un clara muestra de homofobia, a los emos, según
esto porque parecían niñas. Sin embargo, nadie dice nada de los hipsters. ¿Cuál
es la diferencia entre estas tribus urbanas? Pues que los primeros parecen
locas lloronas mientras que los segundos parecen locas de carnaval.
Alfabetizar
a los americanistas ya que al parecer ni siquiera saben cómo se llama el
deporte que practica el equipo de sus amores ¿O a poco ustedes habían oído
hablar del “Fut Bool”?
También está
mi campaña permanente en contra de los superhéroes mediocres y sobrevaluados.
Es correcto, Superman. Estoy hablándote de ti.
Por último,
mi propósito más importante, por el que inicié este blog, tiene que ver con la
difusión de la música. Esa presencia que en su esencia más pura y primordial no
se puede ver ni palpar, pero que sabemos que existe. Sientes cómo se introduce
por cada poro de tu cuerpo, te hace reflexionar, te hace sentir un sin número
de emociones, te transporta por el tiempo, te lleva a mundos imaginarios… Hace
que te sientas vivo.
Y para
muestra un botón. Escuchen del cover que hizo The Flaming Lips a “Elephant” de
Tame Impala y atrévanse a decir que es una chafada.
The Flaming Lips “Elephant” (cover
de Tame Impala)
No dejen de
rockear y de patear traseros.
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