Dicen que el amor entra por los ojos. Bueno, también hay quien dice que
entra por el olfato o por los oídos o por otros lados... Pero por esta ocasión
vamos a suponer que es por la vista.
La portada de ‘Trouble Will Find Me’, el más reciente disco del
quinteto gringo The National, me perturbó y me cautivó por igual. Me gustó que
fuera tan simple y complicada al mismo tiempo. Por un lado, está la limpieza de
los colores (blanco y negro), así como su minimalismo (una superficie blanca,
un espejo y una cabeza). Por otro lado, está el aspecto quimérico e imposible de
un rostro que parece estar dormido y mirarte fijamente al mismo tiempo. Una
imagen que si se echa a volar un poco la imaginación podría ser el elemento principal
de una pesadilla (y de paso nos deja ver que las cosas no siempre son lo que
parecen ser). Pasado este momento, el siguiente paso es abrir el empaque y
adentrase por el booklet, el cual contiene una propuesta gráfica muy artística.
Mientras uno recorre sus páginas, uno puede apreciar diversos ejemplos de
pinturas, dibujos, esculturas y fotografías que transmiten la sensación de ir
caminando por los pasillos de un museo o una galería.
¿Y qué se puede decir de la música? ‘Trouble Will Find Me’ es un disco
que no se digiere a la primera. Hay que escucharlo varias veces para poder agarrarle
el gusto y comprender su sabor. Por ejemplo, la primera vez que lo escuché me
gustó mucho “I Should Live In Salt”, “Demons” y “Graceless”. La segunda vez,
comencé a fijarme más en “Don’t Swallow The Cap”, “Sea Of Love” y “Pink
Rabbits”. La tercera vez agregué a mi lista a “Fireproof”, “Heavenfaced” y
“Slipped”. En fin, creo que entienden lo que quiero decir.
Lo que se dice en las canciones es punto y aparte. Por momentos parece
que no es la letra de una canción. Desprovistos de de la lírica, métrica y rima
que generalmente uno esperaría de una pieza musical, Matt Berninger y Carin
Besser escriben cartas y narran historias que bien podrían ser parte de un
libro sobre relaciones tormentosas y destructivas. Morbo, sadismo, masoquismo y
decepción; todo está ahí. La señal de peligro al costado de la carretera que
decides ignorar, el consejo que pasas por alto, la espiral descendente.
Estoy seguro que a muchos hijos de la Generación X, los fanáticos de
Esteban e incluso uno que otro Emo encontrará gusto y afinidad, (¿placer, tal
vez?) con este grupo... Y ya que Morrissey salió a colación, hay una canción,
“Pink Rabbits”, que justamente hace referencia al ‘Bona Drag’.
“I was a white girl in a crowd of white girls
in a park
You didn't see me I was falling apart
I was a television version of a person with a broken heart
And everybody was gone
You were standin' in the street 'cause you were trying not to crack up
And Bona Drag was still on”
Para los que no se acuerden, en ese
disco vienen canciones como “November Spawned a Monster”, “The Las of the
Famous International Playboys”, “Ouija Board Ouija Board”, “Everyday is Like
Sunday” y “Suedehead”.
Pero no todo es la letra de las canciones. La música va de la mano y
hace un buen complemento. Generalmente de cadencia tranquila, se mueve con
cuidado pero de forma segura, tratando de no hacer mucho ruido en su peregrinar
solitario. Un instrumento que me gustó mucho es la voz, en especial cuando se
decide por los tonos bajos que traen a la memoria a Leonard Cohen. Ejemplos de
estos los tenemos en canciones como “Demons” y “Don’t Swallow de Cap”.
Y por si esto no fuese suficiente y uno quisiera maximizar la experiencia
melancólica de escuchar a The National, les recomiendo que lo hagan en una
noche lluviosa, como esas que actualmente visitan con cierta regularidad a la
Ciudad de México.
(De la primera ronda)
The National “Demons”
(De la segunda ronda)
The National “Pink
Rabbits”
(De la tercera ronda)
The National
“Heavenfaced”