martes, 25 de febrero de 2014

El regreso de los Kaiser Chiefs



El concierto de los Kaiser Chiefs del pasado 22 de febrero en El Plaza Condesa de Changotitlán comenzó con puntualidad casi inglesa. A pesar que el lugar no estaba lleno sí había suficiente gente para evitar esa incomodidad y tristeza que nace de estar presente en una convocatoria mal correspondida. La conexión entre el público y la banda inglesa fue inmediata y se mantuvo en buenos términos básicamente todo el concierto. Esto, en buena medida, gracias a la espontaneidad y actitud relajada de Ricky Wilson (el que canta), quien desde muy temprano mostró buena disposición para convivir con el público e incluso bajó del escenario a cantar a tiro de escupitajo con la gente.

Por otro lado, los Kaiser Chiefs decidieron ir a la segura y presentaron el mismo set que han venido ofreciendo en los últimos meses en sus presentaciones en vivo, el cual incluye canciones de todos sus discos, haciendo énfasis en su más reciente producción ‘Education, Education, Education And War’ así como en el primero (y más famoso de la banda) ‘Employment’. A pesar que este hecho hizo que me sintiera poco especial, uno más del montón, dejando atrás eso que somos el mejor público del mundo, nadie se compara a nosotros, valen mil, nunca cambien; no puedo quejarme demasiado ya que los de Leeds tocaron la gran mayoría de sus trancazos y no dudaron en soltarlos desde temprano (si acaso les faltó incluir “Na Na Na Na Naa”).

Si bien es cierto que la canción más celebrada por el respetable fue “I Predict a Riot”, la cual tiene ese encanto inherente de las canciones que hablan de destrucción, anarquía y caos; yo disfrute especialmente “Everything Is Average Nowadays” ya que me recuerda lo está pasando en la escena musical actual donde el movimiento hipster se ha vuelto una simple moda, un chiste contado demasiadas veces, una burda caricatura de lo que era, un artículo más de consumo masivo que baja sus estándares para que pueda ser consumido por un público simplón que sufre jaqueca cada vez tiene que pensar por sí mismo. El movimiento hipster está en decadencia y sólo queda esperar a ver qué lo va a remplazar para, una vez más, presenciar el ritual del ciclo de la vida: nacimiento, desarrollo plenitud, decadencia y muerte. Mientras tanto tendremos que conformarnos con la mediocre música promedio de estos días. O tal vez no ¿Por qué no ser un tanto proactivos y salir a buscar algo nuevo? Porque de que hay tesoros esperando ser descubiertos estoy seguro que los hay, la cuestión es buscarle.

En fin, el concierto duró alrededor de una hora y cuarto, poco tiempo para un grupo con cinco discos. Sin embargo, quiero ser positivo y hacerme a la idea que predominó la calidad antes que la cantidad. Al final, tanto la banda sobre y debajo del escenario terminó bastante contenta (o por lo menos eso creo). Los primeros acumularon millas aéreas, bebieron e hicieron lo que más les gusta hacer durante esta su tercera visita al país; mientras que los últimos tuvimos la oportunidad de recordar, brincar y gritar por un rato. Probablemente los únicos que no quedaron muy satisfechos con este concierto fueron los revendedores, quienes al parecer se quedaron con unas cuantas entradas.

Ahora, que si lo que quieren es conocer con lujo de detalle cuáles fueron cada una de las canciones que tocaron, pues échenle un vistazo a la siguiente lista:

1. The Factory Gates
2. Everything Is Average Nowadays
3. Everyday I Love You Less and Less

4. Little Shocks
5. Bows & Arrows
6. Modern Way
7. Coming Home

8. You Can Have It All
9. Never Miss a Beat
10. Ruffians On Parade
11. I Predict a Riot

12. Ruby
13. Misery Company
14. The Angry Mob

Encore:
15. Cannons
16. Oh My God


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