Hace tiempo que no publicaba nada para esta sección y me da mucho gusto
volverlo a hacer. ¿Por qué? Simplemente me hace sentir como Santa Claus. Ya
saben, dando regalos y haciendo feliz a los niños (excepto a los que se
portaron mal).
Hoy les tengo un regalo cortesía de uno de los mejores grupos de la
historia: Pixies. Quienes apenas ayer decidieron subir una canción, “Bagboy”, a
su sitio oficial y regalarla (muy distinto a los que hicieron en 2004 con “BamThwok”, a la venta a través de iTunes).
Las razones detrás de la publicación de esta canción no son claras
hasta el momento y creo que a muchos nos tomó por sorpresa escuchar material
nuevo, en especial después que lo último de lo que nos enteramos fue la salida
de la bajista, Kim Deal.
En fin, si quieren bajar la canción escriban su correo electrónico aquí
abajo.
Elegir la mejor producción de Vampire Weekend es fácil ya que este
cuarteto gringo sólo tiene tres LPs. Sin embargo, su más reciente disco,
‘Modern Vampires of the City’, supera fácilmente lo hecho en ‘Contra’, pero se
queda por debajo del primer material que grabaron.
Una buena noticia es que los ritmos alegres, movidos y con un cierto
sabor africano (cortesía del fraseo de Ezra Koenig) están de regreso. Lo cual,
en cierta forma, da la impresión que este es un disco para escuchar en una
fiesta o una parrillada con los amigos. El ajuste respecto a quien lleva las
riendas en la producción de las canciones se nota y es bienvenido. Ariel
Rechtshaid renueva la frescura con la que suena la banda (no es que Rostam
Batmanglij fuese malo, pero ya eran necesarias algunas ideas nuevas). Por
ejemplo, “Diane Young” es probablemente una de las composiciones con mayor y
mejor producción en la historia de la banda. Es francamente entretenido ir
pelando cada una de las capas que tiene la canción y descubrir un sonido o un
detalle nuevo cada vez que uno la vuelve a escuchar. El sax, los coros,
extrañas texturas que aparecen y desaparecen como luciérnagas en la noche…
Vampire Weekend “Diane
Young”
<
Otras canciones destacan por diferentes motivos. Por ejemplo, en “Step”
y Don’t Lie”, yo destacaría la forma en que suena y se alterna, piano, órgano y
demás instrumentos de teclados.
Vampire Weekend “Step”
Y ya que estamos en esto del sonido de ciertos instrumentos, cómo no
mencionar el papel de la batería en “Unbelievers” y “Worship You”, así como su
capacidad de parecer algo completamente distinto a lo que realmente es. Me
explico, en la primera canción, la bataca suena como un corazón con taquicardia;
mientras que en la segunda, se asemeja a un caballo galopando a toda velocidad.
Vampire Weekend
“Unbeliebers”
Aunque si tuviera que escoger una canción favorita elegiría “Ya Hey”.
Aquí lo que más me gusta es el tratamiento que le dan a la voz, más
específicamente, a los coros. A veces suenan tremendamente sublimes e inspiran un
profundo respeto hacia lo que están entonando. Mientras que, en otras ocasiones,
da la impresión que unas ardillas tomaron el control y sólo se dedican a echar
relajo.
Vampire Weekend “Ya
Hey”
Ahora, si bien la parte sónica es luminosa y alegre, las letras son lo
opuesto, obscuras y tirando a lo trágico. Un tema que está presente en casi
todas ellas es el tiempo. Sobre este tema se abre una serie de reflexiones que
nunca terminan por cerrarse, dejando al escucha la tarea de meditar sobre ellas.
¿Qué hacer con el tiempo que tenemos? ¿Cómo aprovecharlo? ¿Vivimos rápido y al
límite o nos apaciguamos esperando que los años nos concedan sabiduría? ¿Somos
rebeldes, conscientes que podemos terminar mal, o vivimos cómodamente bajo el
yugo de algún amo? Por último ¿cómo vivir nuestra vida si tememos/sabemos que
la decisión que tomamos no fue la correcta, la que realmente queríamos, y no
podemos hacer nada por corregirla?
Alusiones bíblicas y referencias a algunos sitios de los Estados Unidos
son otra constante. Como si Ezra Koenig nos presentara dos caminos a elegir: el
espiritual o el material. Y como si se tratara de una novela existencialista,
el desenlace que se esboza no siempre es halagüeño.
Ya sea por la música, por la letra o por los dos, ‘Moders Vampires of
de City’ es una muy buena opción para cualquier melómano. 10 de las 12
canciones incluidas son buenas o mejores (las únicas que chafean son “Hannah
Hunt” y “Hudson”). Además, no está nada caro. Aunque si de plano les duele
mucho el codo, pues siempre hay otras formas de obtenerlo. La decisión es de
ustedes.
Hay actos que escapan al entendimiento de cualquier persona cuerda por
la total falta de pudor y vergüenza de quienes los realizan. Por ejemplo, ¿cómo
es posible que en la década de los 80 la gente usara semejantes trapos y peinados?,
¿cómo es posible que la gente haya encumbrado (aunque haya sido por cinco
minutos) a Nicho Hinojosa y sus más que mediocres covers?, ¿cómo es posible que
la gente salga a la calle usando crocs?, ¿cómo es posible que existan personas
que gusten de meterse al mar o a la alberca en trusa y/o camiseta?, ¿por qué
hay tantas personas que agregan la ‘s’ al final de palabras que no la llevan, como
si fuera la forma correcta de hablar español (‘vistes’, ‘fuistes’, ‘oistes’…)?,
¿por qué hay gente que, al más puro estilo animal, gusta de mascar con la boca
abierta?, ¿Por qué hay gente tan increíblemente repugnante que, mientras está
en medio de una multitud, disfruta de tragar sus propios gargajos como si
fuesen shots de gelatina?... En fin, eventos como los antes mencionados existen
por montón, pero definitivamente el peor, más extremo y que levanta la más
grande incógnita es ¿por qué la gente le va al américa?
El video que a continuación les mostraré es un ejemplo de lo que es no
tener vergüenza. Afortunadamente su protagonista no es un americanista, como
tantos que pululan actualmente, y que sólo saben dar pena ajena.
El orgullo de la familia
Hasta el que está atrás hace como que no conoce al timbón que quiere comerse el micrófono
Niñez sin futuro
El finísimo D.T. del américa en sus años de galán de telenovela
El dueño del américa, sin palabras…
En fin, el rapero Action Bronson nació en los Estados Unidos de América,
más específicamente en Flushing, Queens, Nueva York (el mismo lugar del que
viene La Niñera) y nos regala un video que demuestra lo que es no tener
vergüenza. Si no me creen, véanlo y juzguen por ustedes mismos.
Morlaes el nombre de la tortuga que aparece en ‘La historia
interminable’ de Michael Ende.
¿Qué pasaría si ambas palabras tienen un bebé? Es resultado es Vetusta Morla, un grupo español formado en 1998, en un lugar de La Mancha de cuyo
nombre no puedo acordarme y que el pasado 6 de junio se presentó en el Teatro
Metropólitan como parte de una gira por varios países de América Latina.
He de confesar que fui a este concierto con un mínimo conocimiento de
la banda. A pesar que tienen 15 años en activo y que ya habían visitado la
Ciudad de México en cinco ocasiones yo no tenía idea de quiénes eran o qué música
tocaban. M me había hablado muchas cosas buenas de ellos, así que decidí
acompañarla y ver qué pasaba. Si el concierto estaba muy chafa siempre tenía la
opción de descansar mientras me dejaba escurrir sobre la butaca, deseando que
un buen sueño me adopte.
No sé por qué, pero lejos de investigar sobre la música de este grupo y
ponerme a escucharla de forma intensiva, decidí acercarme a ellos de una forma
distinta. Leí sobre ellos, eso sí, más nunca escuche una de sus canciones. Fue
así como aprendí que son un sexteto liderado por un sujeto que se hace llamar
Pucho. Tienen publicados cuatro EPs y dos LPs. El primero de ellos, “Un día en
el mundo” (2008), fue muy celebrado e incluso hubo quien llegó a calificarlo
como “el mejor primer disco de un grupo en la historia del rock español”. Sus
letras suelen estar llenas de metáforas harto crípticas. Estas llegan a un
grado de complejidad que la revista Rolling Stone España le solicitó a un grupode psicoanalistas que descifraran lo que el grupo quería decir.
El Teatro Metropólitan es uno de los recintos más bellos de la ciudad para
asistir a conciertos, obras de teatro e incluso películas. Minutos antes de que
todo comenzara la planta baja estaba prácticamente llena (no sé cuánta gente
había en el segundo piso pero supongamos que estaba igual).
Las luces se apagaron, los músicos tomaron su lugar sobre el escenario,
el concierto comenzó. Lo que más me impresionó durante la primera canción, “Los
días raros”, fue la fuerza del coro que acompañaba Vetusta Morla. Eran cientos
de ellos, todos de pie alrededor mío y opacaban la voz del cantante. Y sí, esa
fue la tónica durante el concierto. Un público conocedor y entregado. La
mayoría de los que ahí estaban eran fans de verdad, eso ayudó a que se viviera
un buen ambiente. Los que quieren y fueron a ver a Vetusta Morla lo hicieron
con entrega total. Todavía no logro descifrar la razón detrás de ese misterio, de
esa devoción; puede que la respuesta esté detrás de esas letras tan extrañas que
en mis oídos parecían ser habladas en una lengua foránea, pero a los demás
parecía calarles profundo y se identificaban con ellas como si estuvieran viéndose
en un espejo. El grupo lo notó, se veían contentos. Siempre es bueno saber que
tu esfuerzo es apreciado. Pucho era una máquina de hiperactividad, se movía de
forma extraña, parecía que sufría una convulsión o estaba poseído… y nadie
podía controlarlo. Pero él no sólo se dedicó a bailar consigo mismo, también
interactuó en repetidas ocasiones con la audiencia, les platicaba entre canción
y canción, los hacía aplaudir y cantar, los integraba a su mundo.
Por otro lado, el resto de la banda (Guillermo-guitarra, Álvaro-bajo, David-batería,
Jorge-percusiones, Juan Manuel-guitarra/teclados) también hizo lo suyo bastante
bien. Siempre tocando con mucha energía interpretativa.
Ya casi para terminar. ¿Cómo calificar el estilo de la banda? No estoy
seguro, hace unos años el adjetivo calificativo habría sido música alternativa,
ahora me imagino que la etiqueta más apropiada es indie rock... Este comentario
tan poco específico fue una introducción para comentarles que las canciones que
prendieron más al respetable fueron:
“Los días raros”, “Sálvese quien pueda”, “Saharabbey Road”
y “La cuadrtura del círculo”.
Por cierto, Carla Morrison fue invitada especial en “Maldita Dulzura”,
pero el consenso de las personas con las que platiqué fue que ella quedo corta
y no llego a la altura exigida por la canción.
En fin, esa fue una buena noche, llena de agradables descubrimientos y
un final frenético que incluyó la destrucción de un barril que usaron para la
sección de percusiones.
Por último, la lista completa de las canciones que tocaron ese día:
Café Tacvba ha sido por muchos años el objeto del afecto de muchas
personas. El concierto que dieron el pasado 5 de junio, como parte del arranque
de la gira ‘El Objeto’, estuvo muy en línea con todo el concepto que implicó la
grabación de su más reciente disco, una tocada íntima donde los afortunados
invitados se sentaron cerca, muy cerca del grupo.
Desde hace unas semanas un halo de misterio envolvía el ambiente
respecto a cómo sería la nueva gira de Café Tacvba. Se rumoraba que querían
hacer algo nuevo, pero no se tenía certeza qué. De entrada, el recinto donde se
realizaría el concierto, el Foro Corona, sonaba como un lugar extraño,
principalmente por su pequeño aforo (hasta 3,000 personas de acuerdo al sitio del local). Además, el precio de los boletos no era precisamente barato (MXP
800/USD 63+ cargos).
El tráfico y el estacionamiento no fueron inconvenientes, lo cual fue
un aliciente durante el inicio de esta travesía. Le siguió una caminata a
través de las laberínticas instalaciones donde se encuentra el Foro Corona.
Entonces ahí estaba, descansando a un costado de del Hipódromo de las Américas.
Parecía una combinación de oruga colosal y pabellón espacial. Al cruzar las
puertas giratorias que evitaban que saliera el aire de la estructura neumática,
uno se encontraba con una especie de cubo negro al centro del lugar, formado
por mantas gigantescas que no hacía nada más que quedarse ahí, descansando, sin
prestar mucha atención a los visitantes. Después de dar un breve recorrido uno
podía percatarse que esta peculiar forma geométrica tenía entradas. ¿Por qué no
averiguar qué hay detrás de la cortina? En este punto sentía como si me
encontrara mordisqueando una de esas paletas con varias capas de colores y
sabores, tratando de resolver el misterio qué hay en su núcleo. Y lo que encontré
fue un escenario cuadrado, justo al centro y cruzado de lado a lado por una
pasarela. El interior era igual de obscuro que las paredes del exterior y las
bocinas estaban colocadas en dos extremos, apuntando hacia el centro del lugar.
Sonidos ambientales (como esos que luego ponen en algunos museos de
historia natural) fueron la compañía de los asistentes durante la espera.
Encontrar lugar fue bastante sencillo, yo estaba a menos de dos metros del
escenario, aunque algunos estaban literalmente con los brazos sobre él. no
había personal ni vallas de seguridad… Una apuesta peligrosa, habrá que ver qué
pasa.
Las luces por fin se apagaron y los tacvbos desfilaron por una de las
pasarelas. Se acomodaron sobre el escenario y tomaron sus instrumentos. Todos intercambiaban
miradas al centro del lugar, lo cual, lejos de dar la impresión que se aislaban
del público, permitía que uno estableciera contacto visual con la mayoría de
los integrantes de la banda. Fue un concierto tremendamente personal e íntimo. La
cercanía hacía que el contacto ojo-a-ojo fuera real e ineludible. Uno podía ver
que teclas presionaba Meme, los pedales que pisaba Joselo, las cuerdas que Quique
rasgaba y hasta las arrugas de Zopilote… detalles que generalmente sólo son
posibles apreciar estando sobre el escenario.
A pesar de lo personal del concierto también hubo espacio para
artilugios, efectos especiales y teatralidad. Desde un árbol blanco que surgía
del centro del escenario, hasta un volcán de fuego, pasando por una lluvia de
burbujas, una inmersión en un océano de rayos laser y un enjambre de estrellas
que jugueteaban ente el público. Mención honorífica se merece la espectacular
iluminación distribuida a todo lo largo y ancho de la caja negra en la que nos
encontrábamos. La luz iba a todos lados y en todas las formas. Las paredes y el
techo también fueron parte del lienzo donde se dibujaba este mundo.
Mucho se habló en su momento de la gira 360° de U2 por su concepto y
espectacularidad. Sin embargo, a pesar de que hablamos de un público y escalas
diferentes, el concierto de Café Tacvba superó en buena medida la intensidad, capacidad
de inmersión y experiencia ofrecida versus la del grupo irlandés liderado por
Bono.
Las canciones que fueron la banda sonora de la velada fueron
relativamente tranquilas y representativas de la larga trayectoria de este
grupo oriundo de Ciudad Satélite. No está de más mencionar que la calidad
interpretativa fue de primer nivel y sólo hubo un ligero problema técnico con
el melodión en una canción del encoré.
Y ya que estamos hablando de la parte final del concierto, es
inevitable comentar algo que sucedió en este punto. Hasta este momento la gente
(según cifras oficiales éramos alrededor de 2,000) se había comportado de forma
ejemplar, no aventando objetos al escenario, ni tratando de escalarlo. Por el
contrario, se dedicaron a corear las canciones, bailar y aplaudir. Sin embargo,
durante el encoré el grupo decidió atender las peticiones de la concurrencia.
La primera elección fue “Las Flores”. Una explosión de energía surgió entre los
presentes, era como si el suelo fuera una placa de hierro ardiente y todos
estuvieran saltando para no quemar la planta de sus pies, una escena digna de
ser recordada. La siguiente complacencia fue “La Chica Banda”, aquí fue cuando
se desató el pandemónium. Decenas de mujeres (bueno, y uno que otro personaje
con una orientación sexual poco convencional) comenzaron a trepar al escenario
en algo que parecía sacado de una película de zombis. El personal para bajar a
las damas se tardó en llegar y por momentos parecía que todo podía desembocar
en un grave accidente. A final de cuentas a una changuita sí le pasó algo, no
sé exactamente qué, pero logré ver a la distancia su mano cubierta de sangre,
así como trazos de color marrón sobre la camiseta de Zopilote y Joselo. Después
de este incidente el grupo moderó el tono de las canciones restantes y la noche
terminó en relativa paz y armonía.
Café Tacvba y las chicas banda
Aquí la lista con las canciones del concierto.
1.7
2. Pájaros
3. El Aparato
4. El Ave
5. Andamios
6. Ixtepec
(con letra de Debajo del Mar)
7. El Río
8. Árboles Frutales
9. Seguir Siendo
10. Tengo
Todo
11. 2
12. Trópico
de Cáncer
13. De Este Lado
Del Camino
14. Aviéntame
15. Esperando
16. Lento
17. Canto
Lakota
18. Zopilotes
19. Pez
20. Verde
21. Agua
22. Espuma
23. Olita Del Altamar
24. Yo Busco
25. Cierto O Falso
26. Tan Mal
27. Volcán
Encore:
28. Aprovéchate
29. Las Flores
30. La Chica Banda
31. El Espacio
32. El Baile Y El
Salón
El único detalle que sí me desagradó bastante fue la apología de las
drogas que hizo Rubén/Zopilote cuando decidió fumar algo que parecía un cigarro
de mariguana que alguien del público le dio. Las ganas de pasarla bien no son
justificación para cerrar los ojos ante el derramamiento de sangre, dolor y
afrentas que provoca este flagelo.
Ahora
resulta que el tristemente célebre ex presidente mexicano Vicente Fox, famoso
por sus botas de charol y notable compromiso por resolver los problemas del país,
tal y como quedó de manifiesto en su lapidaria/reveladora frase de ‘¿Y yo porqué?’, ahora dice que si fuera legal sembraría mariguana.
Todo esto
hace que me pregunte si toda esa ineptitud e inacción durante su mandato era
una pantalla y lo que él quería hacer desde un principio era que el problema del narcotráfico explotara para después hacerse,
primero, promotor de la legalización de la mariguana so pretexto de reducir el
poder de ciertos grupos criminales y, después, productor de la susodicha droga
(y de paso justificar su suntuoso estilo de vida).
En fin, esta
fue la canción que vino a mi mente cuando estaba meditando sobre este tema.
Dandy Warhols “Not If You Were The
Last Junkie On Earth”
Igual y sería
bueno que el ex presidente llame a su marca de mota: FOCFOC’S
Hace poco publiqué un post donde informaba que Ticketmaster tenía los
boletos para algunos conciertos, entre ellos el de Shout Out Louds, al 2x1. En
esa ocasión también mencioné que no recordaba el nombre de ninguna canción del
grupo antes mencionado, pero que sí tenía la impresión de haberlos escuchados y
que según yo eran buenos.
Haciendo caso a mi consejo decidí comprar unos boletos para, acto
seguido, ir el jueves 30 de mayo al concierto de Shout Out Louds en El Plaza
Condesa. Nunca en mi vida había visto ese lugar tan vacío. Creo que estaba a un
30% de su capacidad, 40% a lo mucho. En este momento, justo antes que comenzara
el recital, lo único que podía pensar era qué sentiría el grupo al ver tan poca
asistencia. ¿Les importaría?, ¿se enojarían con la gente por no apreciar su
música e ir a verlos?, ¿estarían decepcionados con ellos mismos porque después
de 10 años de carrera no pueden convocar al suficiente público para llenar un
lugar relativamente pequeño (1,500 personas) en una ciudad definitivamente
grande (algo así como 9 millones de habitantes)?
En fin, poco después de las 9 de la noche la incógnita comenzó a
despejarse. Los cinco integrantes de esta banda sueca subieron al escenario y
comenzaron a tocar sobre un fondo azulado que parecía emular una tranquila noche
estrellada. Era una postal muy bonita, yo no podía dejar de tomar fotografías
mentales.
Desde un comienzo, Adam Olenius, el que canta, comenzó a hablar del
gusto que era estar tocando aquí y que no podía creer que se habían tardado
tanto en venir a la Ciudad de México. Una historia que francamente he escuchado
decenas de veces en voz de otros músicos y a esta altura del partido no sé si
es verdad o parte de un guión hecho hace tiempo que repiten cada que tocan en
alguna ciudad nueva. Fuese como fuese, Shout Out Louds tocó muy bien. Ellos son
una de esas bandas que suena mejor en vivo que en CD. En las grabaciones tienen
un sonido bastante agradable, suave y melódico; no es de sorprender por qué muchos
los clasifican como indie pop. Sin embargo, en vivo la cosa cambia, adquieren
mucha más fuerza, las canciones suenan con más carácter, más energía, más
ímpetu; uno realmente se cuestiona si es justo catalogarlos con esa palabra tan
sucia: ‘pop’.
De regreso al concierto. Poco a poco, no sé si fue porque así sucedió o
así lo quise creer, el lugar comenzó a verse más lleno. Yo estaba contagiado
por lo energético de la música, así que decidí acercarme más al escenario. En
un santiamén me encontraba a dos personas de la valla de seguridad. Cuando se
trata de conciertos, pocas cosas son más interesantes que estar cerca del
escenario. Me parece particularmente fascinante escudriñar los gestos faciales
y la mirada de los músicos, ¿qué es lo que miran?, ¿buscan establecer contacto
visual con la gente o se clavan en tocar?, ¿qué gestos hacen?, ¿se la están
pasando bien o simplemente están haciendo su trabajo, ganándose el pan de cada
día? En esta ocasión me pareció que la decisión fue dividida, aunque en general
fue buena. Creo que algunos, el cantante y el bajista, en especial, hicieron
buena química con la gente y poco a poco comenzaron a compenetrarse hasta llegar
a un grado de entendimiento y complicidad como el de los niños cuando conspiran
para realizan alguna travesura.
Adicionalmente, la gente estuvo bastante animada, claramente se veía
que querían pasársela bien. Y si bien casi no corearon las canciones, hacían su
mejor esfuerzo por seguir el ritmo de la música y recompensar con aplausos,
gritos y chiflidos a los integrantes del grupo. En verdad que la reacción de la
gente hacía parecer que había mucha más gente de la que en verdad se encontraba
presente.
Shout Out Louds fue una muy buena experiencia, aunque no sé si algún
día regresarán a Changotitlán. Fueron muchas las canciones buenas que tocaron,
pero me cuesta trabajo escoger a la mejor de la noche… Aunque si me torcieran
la mano probablemente iría a lo seguro y escogería “Impossible” y “Tonight I
Have To Leave It”.
Otra de las cosas que me gustaría hacer para farolear de la gran noche
que viví es poner algunos videos de las canciones que tocaron. Desafortunadamente
sólo han subido uno de ellos a YouTube y ni siquiera es una canción completa…
En fin, los dejo con la lista de canciones de esa noche así como un enlace donde podrán ver unas fotos bastante cotorras que espero sirvan de testigo y
ayuden a transmitir lo que se vivió esa noche.
1.Sugar
2.Walking in Your Footsteps
3.The Comeback
4.Impossible
5.Candle Burned Out
6.Normandie
7.Fall Hard
8.Illusions
9.Blue Ice
10.Hard Rain
11.Please Please Please
12.14th of July
13.Very Loud
Encore:
14.You Are Dreaming
15.Walls
16.Tonight I Have To Leave It
Y para la próxima, no sean tan apretados y anímense a escuchar cosas
nuevas. Ya que luego van a estar chillando por todas las oportunidades que
dejaron pasar.
Concebido, criado y radicado en México Distrito Federal. Ciudad harto interesante por todas las cosas que pasan y por todos los changos y demás fauna urbana que la habita.
Tengo un tórrido romance con la música. Escribir sobre ella es como tener una novia escultural y sacarla a pasear para presumirla.
Aquí podrán leer recomendaciones musicales, reseña de conciertos, canciones gratis, etc.