lunes, 18 de mayo de 2009

Know Your Enemy


Aparentemente la psicosis causada por la influenza A1 H1N1 va disminuyendo, las aguas van tomando su nivel y changolandia comienza a vivir de forma “normal”. Sin embargo, las semanas pasadas nos dejaron muchas enseñanzas. Y no, no sólo hablo de las medidas de sanidad, identificación, contención y ataque de epidemias.

Cuando comenzó la calentura provocada por la influenza yo comencé a preguntarme cómo habrá sido la vida en los tiempos de las grandes epidemias, esas que menguaban continentes enteros. Porque uno lee mucho sobre el número de muertos en esos tiempos, pero rara vez uno se topa con relatos de cómo era la forma en que la gente común y corriente vivía esos momentos, qué pasaba por sus mentes.

Pues bien, hasta cierto punto mi curiosidad fue satisfecha. Numero uno, fui testigo de cómo algunas personas se comportaban como gallinas degolladas, prácticamente corriendo sin rumbo y con la cabeza apenas sobre sus hombros. Esto no me sorprendió, lo que sí me sorprendió, lo que no esperaba, fue la respuesta de los gobiernos de ciertos países y la respuesta de un gran número de mis conciudadanos.

Todo comenzó con la negativa por parte de ciertos gobiernos (Israel, Venezuela, Perú, Singapur, etc.) a la entrada y salida de vuelos de y hacia México. Curiosamente, esta medida que pretendía actuar como cerco sanitario para no permitir que este nuevo virus entrara a estos países, no fue aplicada a los vuelos de Estados Unidos, Canadá e Inglaterra donde también se registraron varios casos de la cochina influenza. Antes este trato tan inequitativo uno no pude dejar de sentirse discriminado, un intocable, un paria.

Caso especialmente doloroso fue el de Argentina, donde la dictadura Kirchner, le dio la espalda a los mexicanos, después que México siempre ha recibido a los argentinos con los brazos abiertos, en las buenas y en las malas.

También está Cuba, donde Fidel Castro salió en defensa de las medidas tomadas por su isla y sus cachorros, no justificado el cierre de fronteras, sino atacando a México por el supuesto encubrimiento de la enfermedad. O como diría mi papá cada que vemos un partido de futbol, “la mejor defensa es el ataque”. Por cierto, si alguien sabe si Fidelito presentó pruebas para apoyar sus declaraciones por favor dígame.

Y qué decir del gobierno chino que trató a los mexicanos que se encontraban en el país como verdaderos criminales... Bueno, creo que no se puede esperar mucho de un país donde cotidianamente se violan derechos humanos a diestra y siniestra.

Por último, está el caso de Francia. Donde un pigmeo mental como Nicolas Sarkozy buscó satisfacer su vendetta personal contra México (por el caso Florence Cassez) tratando que la Unión Europea cancelara todos sus vuelos con México. Por cierto, ¿alguno de ustedes entiende por qué este tipejo, por un lado, defiende a una secuestrada como Ingrid Betancourt y, por el otro, hace lo mismo con una secuestradora como Florence Cassez?

En fin, el caso es que muchos mexicanos (o por lo menos muchos de los que conozco y los que escribían en algunos foros como el de El Universal-foros.eluniversal.com.mx) expresaban un malestar tirando a odio que apuntaba y condenaba a todos los nacionales de los países mencionados en los párrafos antes mencionados. Es aquí donde un escalofrío recorrió mi espalda e imaginé una serie de escenas, nada agradables, llenas de xenofobia. Todo gracias a la poco confiable sobre-simplificación y generalización de los hechos, así como a la estereotipación de los ciudadanos de un país por las malas decisiones tomadas por los idiotas que los gobiernan.

Afortunadamente todo indica que la calentura comienza a disminuir y la gente comienza a tranquilizarse. Esto me hace respirar con un poco de tranquilidad, a la vez que me obliga a hacer votos y alzar la voz para que la gente se dé cuenta de quien es el verdadero enemigo y no haga pagar a inocentes por culpables.

Así que si van a mentársela a alguien, háganlo a la persona correcta. Eso de odiar es una cosa peligrosa.
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