viernes, 5 de septiembre de 2008

1812


La semana pasada fue el concierto de gala de la Orquesta Sinfónica de Minería. El repertorio estuvo conformado por hartas arias de Giacomo Puccini y, como platillo principal, La Obertura 1812 de Piotr Ilich Tchaikovsky.

Día: sábado 30 de agosto. Hora: 20:00. Lugar: Sala Nezahualcóyotl.

El lugar estaba lleno. Había gente de todas las edades (más tirándole a la tercera edad). Sin embargo, era fácil darse cuenta de quienes eran los que iban por primera vez en su vida a un concierto de música clásica ya que estaban vestidos como para una boda; ellas con vestidos largos y abrigos de piel y ellos muy peinaditos y con traje que parecía sacado de Casa Marcelo. Yo la verdad iba de pantalón de mezclilla.

Después de la tercera llamada y los últimos arregles por parte del Concertino, el mero mero del Consejo Directivo de la Academia de Música del Palacio de Minería dio un discurso increiblemente largo y aburrido que por poco me deja en los brazos de Morfeo. En fin, después de este pequeño martirio Carlos Miguel Prieto tomó el timón de la orquesta que abrió con una excelente interpretación del Preludio Sinfónico Op. 1 de Puccini. Le siguieron algunas arias que se vieron ligeramente opacadas por un sujeto que se la pasó tosiendo buena parte del concierto (Tip 1: si están enfermos y tienen planeado ir a un concierto de música clásica procuren quedarse afuera de la sala) y por los villamelones que aplaudían antes que terminara la pieza (Tip 2: los conciertos de música clásica no son como los de Banda Machos o Luis Miguel. Aquí no se agradece que aplaudan todo el tiempo) (Tip 3: Para no evidenciar su ignorancia aplaudan cuando todos los demás lo hagan, no cuando les "lata").

Entonces llegó el intermedio. La verdad es que yo estaba muy emocionado porque se acercaba la hora de escuchar la Obertura 1812 (Yeah, Yeah, Yah!). Y mi emoción fue mayor al detectar en varios puntos de la sala una serie de campanas que con toda seguridad repiquetearían en el momento cenit de la obra.

La segunda parte del concierto fue mejor que la primera. Destacaron "Nessum Dorma!" de la ópera Turandot y "Coro a Bocca Chiusa" de Madama Butterfly que se llevaron carretillas de aplausos y con mucha justicia.

Entonces llegó el momento esperado.

La energía en vivo de la Obertura 1812 fue como lo esperaba, como una bomba. Una fuerza arrolladora e imparable con toda la actitud y fuerza del rock que a nada estuvo de provocar el headbangging de toda la concurrencia. Al escucharla uno casi podía sentirse en medio del fragor de la guerra entre el ejercito ruso y las fuerzas napoleónicas que inspiraron la realización de esta obertura (por eso en algunos momentos se pueden escuchar fragmentos de "La Marsellesa" y "Dios salve al zar"). El final, tempo allegro vivace, fue, desde mi punto de vista, uno de los momentos mejor logrados en la historia de la música. Ese momento justo cuando las campanas comienzan a repiquetear y envolver todo el lugar. Ellas, unidas con el resto de la orquesta, me inspiraron una sensación de victoria y liberación. En fin, fue una apoteosis. Ovación de pie.


"Remember, remember the 5th of November
The gunpowder treason and plot
I know of no reason
Why the gunpowder treason
Should ever be forgot."


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